La generosidad de los mediadores: el papel de los mediadores voluntarios. Qué hacen y por qué lo hacen. ¿Quieres conocerlos?

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Hoy quiero hablaros de la labor que desarrollamos muchos mediadores como voluntarios. Además de ser una labor desconocida en sí misma, en la mayoría de los casos los usuarios de nuestros servicios desconocen que lo hacemos como voluntarios.

¿Y por qué pasa esto? Pues porque al estar vinculada nuestra labor en muchas ocasiones con servicios públicos, los usuarios piensan que somos funcionarios o que la administración nos paga por nuestros servicios. Sin embargo, en muchos casos no es así.

 

Los proyectos en los que colaboramos.

Los miembros de ¿Hacemos las paces? colaboramos, como otros muchos mediadores, en diversos proyectos de mediación intrajudicial en Madrid a través de la Fundación Signum y de Mediaicam. En estos casos, realizamos mediaciones en casos que ya están en el juzgado y en los que el juez considera que es posible una solución distinta a la vía judicial, por lo que invita a las partes a intentar una mediación antes de celebrar el juicio. Atendemos casos de todo tipo: comunidades de propietarios, alquileres, contratos, sociedades, seguros, hipotecas, divorcios, custodias, herencias, penales…

Además, también actuamos como voluntarios en algunos centros penitenciarios de Madrid, ayudando a los internos a resolver sus problemas de convivencia.

¿Por qué lo hacemos?

Muchas veces nos preguntan por qué lo hacemos. Incluso, muchos compañeros mediadores no entienden por qué nos prestamos a trabajar sin recibir ninguna contraprestación a cambio, por qué «regalamos» nuestro trabajo.

Pues, la verdad, es que los motivos son varios. En primer lugar, porque es la mejor manera, a día de hoy, de dar a conocer la mediación, porque cada vez son más personas (y también más abogados) los que, tras acudir a una mediación invitados por un juez, descubren esta figura y vuelven de manera particular cuando se encuentran con otro problema que resolver.

También lo hacemos por aprender. Y esto no quiere decir que seamos malos profesionales. Siempre, en cada mediación, se aprende algo. Conozco a muchos mediadores con una trayectoria profesional intachable y con muchísimos años de experiencia que trabajan como voluntarios en estos programas. De hecho, ayer mismo, tuve la suerte de mediar con una de ellas. Con esto quiero responder a algunas críticas que dicen que son los malos mediadores los que participan en este tipo de proyectos «para coger práctica». No dudo de que eso pueda pasar en algún caso, pero no en los proyectos que yo conozco.

Y, por último, porque nos encanta mediar. Nos encanta ayudar a otras personas a comunicarse, a escuchar, a buscar soluciones juntos. Nos encanta «la magia de la mediación». Y es que es una profesión que, a pesar de las dificultades y pocos apoyos que recibe hoy día, engancha.

Por eso somos tan «generosos», porque nos aporta grandes satisfacciones y porque tenemos una inmensa esperanza en que la mediación acabe siendo el sistema de resolución de conflictos más utilizado en nuestra sociedad en un futuro.

¿Y por qué? Simplemente, porque es el mejor.

 

 

Loreto Reyna Carrascosa (21-04-2017). La generosidad de los mediadores. Asociación ¿Hacemos las paces?

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