Hemos estado buscando opiniones, casos y ejemplos de conflictos en los centros escolares.

Conflictos en los centros escolares

Conflictos en los centros escolares

Esto es necesario en nuestro trabajo, para aprender, conocer las problemáticas más frecuentes etc. Y en este caso, nos llevamos una grata sorpresa. Victoria Grund, profesora de lengua en el I.E.S. Miguel Romero Esteo de Málaga, no sólo nos ha ayudado con temas que habitualmente son focos de problemas en los centros, sino que además nos ha escrito un post donde nos habla de la concepción positiva del conflicto y de los tipos de conflictos, y cómo la mediación, desde su experiencia, ha sido útil para su resolución pacífica. Su conclusión, hablando de no escucharse, no empatizar, el posicionamiento, la falta de comunicación, etc engloba todo aquello en lo que trabajamos desde la Asociación ¿Hacemos las paces?, lo que nos anima a continuar por este camino.

Muchas gracias Victoria. Os dejamos aquí sus reflexiones:

Es imposible enumeras los conflictos que se dan en un centro educativo, pues son tan variados como variadas somos las personas y nuestras relaciones interpersonales. La escuela es un reflejo de la sociedad y como tal, en ella nos encontramos los mismos conflictos que hay en la sociedad, pero concentrados entre cuatro paredes y durante largas horas seguidas.

 No todos los conflictos son iguales, ni tampoco debemos pensar en ellos como en algo negativo. Nuestro reto en la escuela debe ser aprender a construir a partir de ellos, convivir con los conflictos y nosotros, como educadores, debemos estar preparados para educar en el conflicto. Debe ser una oportunidad de cambio, de crecimiento, de aprendizaje, ya que no debemos pretender eliminar algo tan natural en el ser humano, tanto es así que hay autores que lo consideran inherente a nosotros mismos. Sí es verdad que el conflicto no es negativo, tampoco es positivo, simplemente es.

¿Cuáles son los conflictos más habituales en un centro escolar? Esto es difícil de responder, pues va a depender del centro educativo, del lugar donde se encuentre (ciudad, periferia, barrio, pueblo…), del equipo educativo que dirija el centro, del profesorado (que cambia cada año en gran porcentaje, lo cual dificulta cualquier tipo de programa y proyecto educativo), etc. Pero sí es verdad que son distintos y se tratan de forma distinta según los participantes de él. Por ello es bueno hacer la siguiente distinción:

  1. CONFLICTOS ENTRE ALUMNOS

Son múltiples y variados. Se dan cada día, en el aula y fuera de ella. A veces vienen de “la calle”, de  la relación que tienen los chavales fuera del ámbito escolar, ya que siguen conviviendo en las aulas y es imposible que no les afecte.

La mayoría de los conflictos entre el alumnado se dan por mal entendidos o prejuicios, y lo bueno que tienen es que se suelen solucionar cuando se sientan uno frente a otro y consiguen hablar. Esto es lo verdaderamente difícil a estas edades, conseguir que se sienten y se escuchen, conseguir que empaticen, especialmente si hay un profesor delante, pues les costará más “abrirse” y sincerarse. Por ello, la mediación entre iguales, es muy efectiva, no solo porque fomenta la educación emocional en el alumnado y su formación integral (especialmente en valores), sino porque ellos se sienten mucho mejor, sienten que han solucionado sus conflictos y afecta positivamente en todas las áreas, especialmente en el clima de aula y a su vez de centro. ¿A qué tipos de conflictos nos estamos refiriendo?

  • Bromas pesadas
  • Insultos
  • Malentendidos
  • Celos (especialmente por temas del “corazón”)
  • Prejuicios (de otros países, culturas, etc)

            Mi experiencia es que todos estos conflictos, han tenido en su mayoría muy buena resolución tratados con la Mediación entre Iguales, ya que ante un igual el alumno se siente de otra manera. Ellos mismos reconocen que cuando hablan con un igual se sienten mejor porque les entienden y que solucionan sus conflictos. Bajo mi punto de vista, lo más interesante de esta experiencia es la vivencia en sí, que ellos realmente se sientan escuchados y crean que han solucionado su conflicto.

Cierto es que no todos los conflictos se pueden mediar, hay muchos factores que dependen de ellos, especialmente que los alumnos quieran, ya que es un proceso voluntario. Por ejemplo, cuando hay una agresión física, debe haber una sanción punitiva, aunque ello no evita una intervención posterior de esta índole, especialmente para evitar la reiteración del hecho en sí. Por otro lado, la Mediación entre Iguales puede ser también una medida preventiva muy eficaz, así como de detección de conflictos no mediables pero derivables a otras estancias.

Nos hemos encontrado con situaciones muy difíciles, conflictos provocados por:

  • Racismo y xenefobia
  • Violencia de género
  • Alumnado de Educación Especial implicados
  • Acoso escolar (en sus inicios)
  • Etc.

Gracias a la mediación entre iguales hemos podido detectar esta causística y hemos preparado y formado a nuestro alumnos a enfrentarse a estas situaciones.

  1. CONFLICTOS ALUMNOS-PROFESORADO

Quizás sean los más sonados, pero no los más frecuentes, ya que normalmente el profesorado sabe cómo “controlar” su aula, pero ya sabemos que es un tema que gusta mucho escuchar en las noticias últimamente. Jamás he presenciado situaciones como las que nos venden en los medios de comunicación, no dudo de que existan, solo quiero decir que no son las más frecuentes. El profesor está preparado para gestionar su aula, si bien es cierto que hay situaciones que sobrepasan, especialmente cuando el estrés y en cansancio se apoderan de uno. Pero insisto en que lo “normal” en que el profesor esté a gusto en su aula.

El problema nos lo encontramos cuando aparece ese alumnado que no quiere estudiar, que no quiere estar ahí y que tanto su familia como el sistema les obligan a estar. Alumnado desmotivado, alumnado sin interés, sin un nivel académico adecuado (por circunstancias infinitas). La reacción de este tipo de alumnado es de disrupción y las medidas que se suelen usar son punitivas, ya que no hay interés por parte de él de integrarse en el sistema.

Pero si nos vamos a la mayoría del alumnado, a aquel que asiste a clase con frecuencia y un cierto interés, vemos que a veces entra en conflicto con el profesorado, especialmente, por un comportamiento que el profesor considera no adecuado en el aula, o bien por falta de interés en su trabajo, por una mala contestación, insultos a sus compañeros y al propio profesorado, etc. En estos casos se aconseja el “Aula de Reflexión”, un lugar donde el alumno, en una gran intimidad, puede reflexionar con un profesor que nada ha tenido que ver con el conflicto y que se supone neutral. La idea es que el alumno se dé cuenta de qué ha sido lo que ha provocado su situación y pueda repararla. Es una especie de mediación entre desiguales, donde una de las partes, el profesor implicado directamente, no está presente, y donde otro profesor hace las veces de mediador, de guía, pues es el propio alumno quien tiene que encontrar las respuestas y su compromiso personal, de otro modo no tendría ninguna fuerza ni duración en el tiempo.

  1. CONFLICTOS FAMILIAS-PROFESORADO

La mayoría de los conflictos es por la sobreprotección que hoy en día vivimos de las familias hacia sus hijos y por el rol de “enemigos” que se ha tomado con los profesores. En el momento en el que un profesor le hace ver a los padres que estamos en el mismo  barco, todo cambia, pero esto es muy complicado, ya que la imagen que se vierte de nosotros es totalmente contraria.

Los malentendidos vuelven a ser la clave en este tipo de relaciones, el no escucharse, no empatizar, el posicionamiento, la falta de comunicación, etc.

Victoria Grund para «¿Hacemos las paces?» (11-2015)

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