Esta reflexión nos da mucho que pensar, ¿verdad?. Obedecer sin más no es fácil.

Nos gusta obedecer sin másLlevo tiempo pendiente de escribir este post. Desde que estuve en una charla de la doctora en psicopedagogía Nélida Pérez. Su explicación acerca de lo que es obedecer me hizo pensar mucho en algo que nunca antes había pensado.

Y es que si te paras un minuto. ¿A ti te gusta que te digan, «haz esto», sin darte opción a opinar, rebatir, compartir otras opiniones etc?

Hay una gran diferencia entre obedecer y colaborar.

Si en una empresa obligamos a un empleado a obedecer sin más, nos estaremos perdiendo la oportunidad de que ese empleado de ideas. No hay ninguna duda. Cada uno tenemos la mente estructurada de una forma. Vemos las cosas de diferente manera. Y aunque nos cueste admitirlo, no siempre nuestra forma es la más adecuada.

A lo mejor hay ocasiones en las que nuestra manera de hacer las cosas es la mejor. Pero si nos quedamos ahí y no dejamos a otros buscar otras formas. Nos quedaremos estancados. Perderemos muchas oportunidades.

En nuestras casas ocurre lo mismo.

Es lo mismo decir «Haz esto» que «Hay que hacer esto, ¿os parece bien?»

Como veis, no se trata de permitir que hagan lo que quieran. Se trata de no cerrar la solución y permitir que opinen, sugieran o evalúen. Después de esto veremos si efectivamente nuestra forma era la mejor, o si sorprendentemente nos parece razonable alguna de sus propuestas.

Esto cuesta mucho. No siempre tenemos tiempo o paciencia para consultar todo, ¿verdad?. La sociedad de hoy en día va muy rápido. La «infoxicación», la inmediatez. Nada ayuda a trabajar este tipo de cosas.

El hecho de que los demás nos tengan que obedecer facilita mucho las cosas y nos ahorra mucho tiempo. Pero también nos está haciendo perder la oportunidad de ver otros puntos de vista.

Yo misma no soy capaz de hacerlo continuamente. Pero he de deciros, que las veces que me fuerzo a trabajarlo, descubro siempre lo útil de este cambio.

Pedir colaborar en lugar de obedecer.

En el caso del trabajo es muy enriquecedor, de verdad. Y en el caso de los niños, es hasta divertido. Tienen ocurrencias de lo más ingeniosas. Y además siempre te sorprenden con alguna propuesta que es francamente buena.

En este caso. Si nos limitamos a hacerles obedecer, estamos cortando toda posibilidad de desarrollar su creatividad. Limitamos sus recursos.

No digas «Ven que te enseñe«. Di «Te voy a enseñar cómo se hace«.

No será más útil ayudarles con alguna explicación cuando se queden atascados que hacerlo nosotros. Sé que no se puede hacer así siempre. Pero sí se debe hacer así siempre que se pueda. Seguro que hay más veces de las que pensamos en las que podemos perder un minuto para darles la oportunidad a ellos de intentarlo.

En una investigación de la NASA sobre la creatividad en las personas, llegaron a la conclusión de que la capacidad de creatividad oscilaba desde un 98% a los 4 años, hasta un 2% en los adultos. La vida, la educación etc nos capa la creatividad. Y el hecho de tener que obedecer sin más, no ayuda a esta cifra.

Nélida Pérez incluso habló de no obligar a los niños a compartir. ¿A ti te gusta compartir tu casa o tu marido?. No es fácil compartir.

Tienes que ayudarle a decidir si es mejor compartir o no. Pero es el niño el que tiene que tomar la decisión.

Si viene un amigo a jugar a casa y no quiere compartir un juguete, por ejemplo. Habría que preguntarle por qué no quiere compartir. ¿Cómo?. Acudiendo a la empatía u otra serie de herramientas. Al final el altruismo y la generosidad generan felicidad, y eso sólo se consigue desde la voluntad.

En cuanto al niño invitado, Nélida nos recuerda la importancia de la tolerancia a la frustración. Tampoco viene mal que aprendamos a no conseguir siempre lo que queremos.

Nos recomendó también ver las conferencias de Humberto Maturana. ¡Me han encantado!

Esta charla de Nélida Pérez era parte del programa que desarrolla el colegio CEU Montepríncipe en su educación a los alumnos. Ponen especial cuidado en la educación emocional desde que los niños tienen 2 años hasta que van a la Universidad. Y por lo que hemos podido comprobar en esta y otras charlas a las que nos han invitado, van muy de la mano de nuestra forma de ver la educación de las personas.

Da igual que tengas 5 o 60 años. Las emociones marcan tu vida y tu forma de ser.

No hay que rechazarlas ni bloquearlas. Hay que aprender a gestionarlas. Y en este sentido queremos agradecer al CEU Montepríncipe y a su directora María José Bellido, la importancia que le dan a la inteligencia emocional.

Podéis consultar alguno de los recursos de los que ya os hemos hablado. Alguno para trabajar la empatía, la asertividad o la escucha activa. Los tres grandes pilares para nosotros de la educación emocional y la comunicación.

También os recomendamos nuestros talleres para niños y adultos, tanto en el ámbito de la empresa como en el de los colegios. Trabajamos todas estas útiles herramientas con muy buenos resultados. 

Isabel Zarraluqui López (09-08-2018). ¿A quién le gusta obedecer sin más?. Asociación ¿Hacemos las paces?

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