Los retos de la mediación a día de hoy siguen siendo los mismos que cuando empezábamos.
Cuando empezamos en mediación muchos mediadores, que ya llevaban tiempo, nos transmitían que uno de los retos de la mediación era que es una gran desconocida. Hoy, algunos años después, seguimos con el mismo reto. Pese a existir una ley de mediación civil y mercantil (Ley 5/2012, de 6 de julio, de mediación en asuntos civiles y mercantiles) y un reglamento (Real Decreto 980/2013, de 13 de diciembre, por el que se desarrollan determinados aspectos de la Ley 5/2012, de 6 de julio, de mediación en asuntos civiles y mercantiles) sigue siendo la mediación un sistema de resolución de conflictos desconocido para muchas personas e incluso para los profesionales que se dedican al mundo jurídico y que podrían utilizar esta herramienta como una más para solucionar contiendas.
Hoy hay otros retos nuevos.
Junto al desconocimiento, se ha unido la sensación de algunos profesionales que miran la mediación con cierto recelo, porque estiman que puede suponer una competencia para su actividad profesional. Nada más lejos de la realidad. La figura de los abogados de parte resulta absolutamente necesaria
dentro de la mediación. Su asesoramiento y consejo a las partes es vital, ya que el mediador no debe asesorar a los mediados, pero debe asegurarse que están debidamente asesorados. El trabajo del mediador supone crear un ambiente de diálogo, tender puentes de comunicación que faciliten a las personas tomar decisiones por ellas mismas, de modo que solucionen la situación objeto de la mediación.
En este sentido, recomiendo la lectura del artículo recientemente publicado por Blanca Iturmendi y Fernando Rodríguez Prieto, en el que se hace referencia a cuál es la situación de la mediación en otros países. Este modo de solución de conflictos ha cobrado mucha relevancia en estos.
A través de la mediación se puede encontrar solución a muchas situaciones de tensión personal, familiar, empresarial, laboral…
El mediador se encarga de crear un clima de confianza en la mediación. Este clima se alcanza ofreciendo seguridad, confidencialidad y respeto. Esto es posible gracias a que las partes acuden y permanecen voluntariamente. Por ese motivo es necesario elegir mediadores que conozcan las técnicas de mediación y las manejen con pericia.
Este sería otro de los retos al que nos enfrentamos los mediadores: buscar una mediación de calidad que sirva para su fin. Algunas instituciones de mediación son conscientes de esto y exigen a sus mediadores formación continua, práctica y evaluación . Este es el camino para tener profesionales capaces de afrontar con seguridad la mediación. Por otro lado, hay que seguir creando cultura de mediación. Ambos elementos son necesarios para que la mediación se haga hueco en la sociedad española.
Carmen Iborra (2016). Retos de la mediación. Asociación ¿Hacemos las paces?