Hoy vamos a hablaros de la importancia de hacer las cosas desde lo pequeño a lo grande.

Si haces bien lo pequeño, harás bien lo grandeNo tenemos que intentar hacer algo difícil desde cero. Trata de hacerlo en pequeño, para luego ir agrandando hasta llegar a todo lo que quieres llegar. Y más importante todavía. Haz lo pequeño bien. Así te resultará fácil hacer igual de bien lo grande.

Me explico…

Llevo ya varios meses encontrando situaciones, artículos etc. que me hacen reflexionar acerca de esto.

Podemos empezar con el clásico de que gotita a gotita consigues llenar los mares. Sí, es una reflexión muy importante que nos ayuda mucho. Pero yo quiero ir hoy más allá. Quiero hablar de cómo influye cómo hacemos algo sin importancia, en cosas que luego sí la tienen.

Por ejemplo. Hace unos días me llegaba un audio donde nos contaban como un almirante en un discurso en una Universidad, hablaba de 8 lecciones para cambiar el mundo, para tener éxito. La primera de ellas era:

«Si quieres cambiar el mundo, empieza por hacerte la cama»

Cuando se incorporó al cuerpo de los marines en el ejército, sus instructores se presentaban cada mañana en su cuarto. Lo primero que hacían era inspeccionar la cama. La almohada tenia que estar centrada. La manta perfectamente doblada. Y todo sin arrugas. Aquello de hacer la cama a la perfección parecía algo ridículo en aquel momento. Sobre todo para unos tipos que se están preparando para ser grandes guerreros. Nosotros queremos ser grandes guerreros, esto que tiene nada que ver con hacer bien la cama.

Pasó el tiempo y aprendió la lección. Decía que si haces bien la cama todas las mañanas, ya habrás realizado con éxito la primera tarea del día. Es un gesto muy sencillo, pero esto te ayuda afrontar la siguiente tarea. Decía aquel almirante

«Si no sois capaces de hacer bien las pequeñas cosas, tampoco seréis capaces de hacer bien las grandes»

Todas las tareas son importantes. Ésta es la lección más o menos que sacaba aquel almirante. Además, terminaba diciendo con gracia, si el día ha sido horrible, al menos cuando os vayáis a la cama os la encontraréis bien hecha.

¡Me encantó este audio!

Lo que definitivamente me lanzó a escribir este post fue otra reflexión en la misma línea.

Hay un blog que me encanta. Es de unas monjas dominicas de Lerma. Se llama «el reto del amor», y cada día cuelgan una experiencia que les ha ocurrido y reflexionan sobre ello.

El sábado pasado fue muy gracioso. Se titulaba «no seas ladronzuela». Podéis leerlo pinchando aquí. Matilde, la monja encargada de escribirlo ese día, nos contaba cómo había tenido la tentación de coger una almendra garrapiñada de un plato en el que habían quedado varias.

De forma cómica detallaba su lucha interna. Y la verdad es que mientras la leía, pensaba lo mismo que ella. ¿Qué más da coger una pequeña almendra?. Al final, logró vencer la tentación. Pero al día siguiente… ¡otra vez el plato con las almendras garrapiñadas!. Y otra vez la lucha interna.

Finalmente consiguió vencer la tentación al acordarse de que

«El que es fiel en lo poco, también lo es en lo mucho»

Si actúas bien en lo pequeño, también lo harás en lo grande.

Aproveché estas reflexiones para hablarlo con mis hijos.

Si te paras a pensarlo, es verdad que si permites que se haga algo indebido o lo haces tú, con el argumento de que es una tontería, tienes que tener mucho cuidado. Porque lo pequeño irá aumentando, y tú lo irás normalizando. Finalmente serás capaz de hacer algo que antes no hubieras hecho.

Que importante es hacer bien lo pequeño, para poder así hacer bien lo grande.

¡Y qué importante es hacer bien lo grande!

Así que, para acabar, os invito a visitar los múltiples posts que escribimos donde tratamos de dar pautas o consejos que nos sirven a todos para ir mejorando. En lo pequeño de la vida. En el día a día.

Isabel Zarraluqui López (27-09-2019). «De lo pequeño a lo grande». Asociación ¿Hacemos las paces?.

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